lunes, 28 de enero de 2008

Y SIGUEN LOS REENCUENTROS.

Como ya bien lo saben, el año pasado tuve un reecuentro maravilloso con mis compañeros de la Primaria. Pues este año no se quedó atrás y el Sábado pasado asistí a un desayuno de ex-alumnas de mi otra Alma Mater y vi a compañeras que hace quince años no veía. Fue una experiencia agradable, más no tan intensa como la del año pasado. Esta vez me sentí más acartonada, más expuesta, con ganas de mostrar que la vida me ha tratado bien y que no estoy tan "traqueteada", como más desde la máscara, fue raro. Será que en la Primaria la vida era más sencilla, con menos pretensiones y con esa imagen me quedé. Este Sábado hubieron algunas compañeras que ni saludaron ni se despidieron, cosa que no sucedió en mi evento del año pasado. Algo que si fue muy valioso es que tuve la oportunidad de limar asperezas con una amiga a la que quiero mucho pero de la cual me había distanciado desde hace varios meses. Aprendo que hay quien si está dispuesto a ser mi amigo y me toca corresponder, como hay quien no y en verdad que no pasa nada, así es la vida, unos van unos vienen, unos se quedan y otros se van.

3 comentarios:

Ingrid dijo...

Encuentros, reencuentros, desencuentros... aprendí hace varios años que la vida es cíclica y que el mundo es un pañuelo. No tenemos que ser amigos de todo el mundo, sería desgastante. Lo importante es saber que estás bien, tú, Tyler, tu pareja... tu vida. Somos afortunadas en muchos aspectos, dejemos las máscaras atrás... como lo haces al compartir tus letras.

Te quiero.

Claire dijo...

Creo que así es nuestra historia, hay relaciones que cumplen un ciclo y quizás una misión. Que padres tus reuniones con amigos que no has visto en años y revisar tu historia. También qué importante hacer nuevas amigas, como nosotras no? Esto me hace mucha ilusión al igual que seguir tus tips parisinos. también compartimos este placer.

Hummingbird dijo...

Siempre he creído que el tiempo matiza muchas cosas. Y estoy segura también de que cuando pasa mucho tiempo sin tener contacto con los demás algo se va rompiendo. Para mí, muchas veces la clave para saber si alguien me sigue importando es revisar qué le platicaría de mi vida cotidiana, de mi día a día (bueno o malo).
Cuando las palabras se me acaban y hablar del clima o del tráfico es un cliché, entonces sé que lo único que me une a esa persona es una historia pasada.
Me imagino que algo así te habrá sucedido. Con algunos no valió la pena cruzar un saludo, y con tu amiga valió la pena darse un espacio para limar asperezas, y para hablar de tu día a día.