MI FIN DE SEMANA

Este fin de semana fue muy intenso para mí. El Viernes por la mañana sentí envidia, sí envidia pero no de la buena, de esa que me avergüenza tener y más aún confesar que la siento..... y así llegué al taller que tanto anhelaba tomar. Sentí en mi cuerpo una de las grandes verdades de mi vida, sin embargo también toqué mucha vergüenza de ser vista así, como si fuera puesta en evidencia, y como si los demás me fueran a señalar por ello. Fue tanta mi vergüenza que me paralicé y ya no supe que hacer, cuando me veo en circunstancias así hago y digo cosas torpes, me regreso a mi caparazón y me siento ajena al mundo, tan ajena que me quiero esconder y no encuentro la manera adecuada de acercarme a los demás. Es doloroso, y sumamente enriquecedor, todavía no se cómo acomodarlo y por ello prefiero compartirlo para no sentirme tan sola.

En la espera

Y estoy en la espera de que llegues a mi vida, de que por segunda vez pueda sentir a un nuevo ser dentro de mí. Te sueño, te imagino, te deseo y me pregunto si llegarás, si mi corazón latirá al escuchar el tuyo, si mi cuerpo te albergará por nueve meses, si mi familia crecerá y si mi Tyler tendrá con quien jugar y pelear todos los días.
Son tantas las preguntas que me hago y son tantas las posibilidades, ¿cuándo llegarás?, ¿serás niño?, ¿serás niña?, ¿a quién te parecerás?, ¿qué tan larga será mi espera?.
Lo cierto es que entre más tardas en llegar aumenta mi frustración y también mi deseo. Solamente quiero que sepas que aquí estoy para tí, mi cuerpo, mi corazón, mi alma, mi luz y mi sombra te esperan. Tengo tantas ganas de abrazarte, de besarte, de amamantarte, de cobijarte y de enseñarte el mundo al lado de tu padre y de Tyler, que por cierto, ha desarrollado un gran amor por los bebés.
Querido o querida mía, ojalá y llegues pronto.