martes, 18 de marzo de 2008

MI NIÑO


Querido Tyler,

Hay tantas cosas que te quiero decir y no se si las palabras serán suficientes.
Desde que llegaste a mi vida, mi mundo se ha transformado, aquello que antes era prioritario dejó de serlo para dar cabida a nuevos valores. Fueron tantos los cambios que en un inicio me costó integrarte a mi vida, dejarte entrar sin reservas a mi corazón y anteponer tus necesidades a las mías. Ahora miro hacia atrás y sonrío al pensar en aquellos tiempos y en lo que me agobiaba en esos momentos.
Hace un par de semanas me he ido dando cuenta de que cada vez eres más niño y menos bebé, el reclamo por tu autonomía es cada vez más evidente, todo comenzó cuando dijiste por primera vez "Mío, mío, mío" aferrándote a algo muy preciado para tí. Ya subes escaleras solito y también las quieres bajar sin mi ayuda, pero todavía es peligroso para tí, también ya te sabes desvestir y peleas tu cuchara en cada comida. Quiero decirte que a veces me cuesta darle espacio a tu independencia sin obstruirla, ¡qué dificil encontrar un equilibiro!, deseo encontrarlo sin soltarte demasiado y sin asfixiarte, simplemente caminando a tu lado, a veces adelante y a veces atrás, siendo una guía amorosa en esta aventura que compartimos juntos. También bendigo la presencia y el amor de tu padre ya que él es una ayuda en el equilibrio que tanto anhelo.
Chiquito mío, te adoro y estoy para tí en cuerpo y alma.